En nuestro día a día es bastante habitual sentirnos estresados o con ansiedad. Llevamos a cabo tareas demasiado rápido, a la vez que no deseamos pararnos a entender nuestro alrededor. Necesitamos llegar al punto que tenemos en mente sin mucha demora y nos dejamos cabos sueltos por el camino debido a ello, preocupándonos en exceso…
En esos momentos, seguro que tu entorno no deja de decirte que necesitas parar y disfrutar. Incluso probablemente te sugieran que tengas algún problema de ansiedad por no estar llevándolo a cabo y necesites apoyo para superarlo.
Es cierto que para gozar de una sana y equilibrada calidad de vida necesitamos detenernos y permitirnos disfrutar, pero hoy te contaré que esos momentos en los que te preocupas y sientes ansiedad también pueden ser signos de una elevada inteligencia. Sin olvidar en estos últimos obviamente, una sana gestión de los mismos.
Estos datos que corroboran niveles altos de inteligencia en relación a la ansiedad han sido extraídos de una investigación publicada en la ScienceDirect, aportando un nuevo informe sobre la inteligencia humana como el que a continuación compartiré contigo.
“La ansiedad con miedo y el miedo con ansiedad contribuyen a robarle al ser humano sus cualidades más esenciales. Una de ellas es la reflexión.”Compartir
La investigación publicada en Science Direct estudió las relaciones entre el trastorno de ansiedad generalizada, la depresión, la preocupación y la gestión emocional que tienen lugar después de la experiencia, con los niveles de inteligencia lingüística y no lingüística, empleando para ello una muestra de 126 personas.
Los datos obtenidos indicaron que la inteligencia verbal se relaciona con el trastorno de la ansiedad y los síntomas de depresión de manera positiva. De esta forma, se extrajo que las personas que sufren de trastorno de ansiedad y conservan síntomas depresivos muestran altos niveles de inteligencia lingüística.
El vínculo existente entre la ansiedad e inteligencia
Este estudio será publicado el próximo mes de Febrero por los investigadores Alexander Penney, Victoria Miedema y Dwight Mazmanian del Departamento de Psicología de la Universidad de Lakehead en Canadá. En esta investigación, los científicos nos muestran la existencia de una relación entre la ansiedad, la inteligencia y el estado de rumia mental o preocupación.
Cabe destacar que en numerosos estudios e investigaciones previas ya se había probado la existencia de una relación entre la ansiedad y la inteligencia. En esta ocasión los psicólogos de Lakehead han llevado a cabo un estudio mucho más amplio del tema, obteniendo como conclusión que las personas que suelen preocuparse en mayores niveles, son mucho más inteligentes.
“Hay momentos en que toda la ansiedad y el esfuerzo acumulados se sosiegan en la infinita indolencia y reposo de la naturaleza.”Compartir
También, con los datos obtenidos se pudo confirmar que la inteligencia verbal en este caso demostró ser un predictor perfecto de los niveles de preocupación e intensidad de la preocupación emocional. Con esto podemos decir que las personas que tienen mayores niveles de inteligencia lingüística, sufren mayores niveles de preocupación y desarrollan con más frecuencia trastornos de ansiedad y depresión.
En paralelo, Jeremy Coplan en 2011 realizó un estudio donde se confirmaba que niveles altos de preocupación en los pacientes con trastorno de ansiedad generalizada se encuentran relacionados de forma positiva con el nivel de inteligencia extraído por el CI. Por otro lado, también se encuentra una relación positiva con el nivel de inteligencia en personas con niveles bajos de preocupación que no sufren de trastorno de ansiedad generalizada.
Como conclusión podemos extraer que ambas investigaciones confirman una intensa relación entre la inteligencia y la ansiedad, confirmando que aquellas personas que han podido desarrollar mayores habilidades y talentos, son más propensos a sufrir trastornos psicológicos.
Cuanto más aprendemos e inteligentes somos, más probabilidades tenemos de sufrir ansiedad relacionada con las experiencias necesarias para ello.
“En un momento me sentí acosada por la ansiedad. Pero me deshice del miedo estudiando el cielo, determinando cuándo saldría la luna y dónde aparcería el sol por la mañana.”