Si escapas de un problema, muy rápidamente te encontrarás con una versión más fuerte aún de él. En cambio, enfréntalo, atraviésalo y así nunca más tendrá la capacidad de paralizarte.
El camino hacia la libertad no pasa por la evasión y la negación. Porque una estrategia semejante sólo terminaría acumulando más complicaciones sobre el problema que ya estaba allí.
El camino hacia la libertad pasa por la verdad, la aceptación, el esfuerzo y la determinación. No existe problema que pueda sobrevivir ante un embate así de positivo.
Aunque angustie, aunque incomode, aunque esté desordenado y complicado, aunque pueda dar vergüenza, anímate y trabájalo. Cuanto más rápido encares un problema, menos de tu preciosa vida te robará.
Los problemas que ignoras, evitas y niegas se fortalecen más aún. Los problemas con los que te involucras desaparecen.
Entonces, ¿qué resultados preferirías? Decide lidiar con ellos rápidamente, y estarás decidiendo ser libre de verdad.