Empecé a ponerme de pésimo humor, el tráfico estaba imposible, parecía que todos los automovilistas se habían puesto de acuerdo para fastidiarme, el calor era infernal a esta hora del día, ya me estaba arrepintiendo de haber aceptado la cita a comer en su casa
Estacioné el auto y toqué a su puerta, odio que mi cuerpo transpire y se humedezca mi camisa, venía pensando en darme una ducha antes de regresar al trabajo, finalmente en el maletero del auto traía ropa limpia
Mi mal humor desapareció cuando ella me recibió con sus sonrisa angelical, en la sala se respiraba un ambiente de calma, el aire estaba puesto a una temperatura fresca, el cambio de clima y su bella sonrisa mejoraron mi mal humor
Me senté en el sofá y primero conversamos antes de comer, las palabras y los toqueteos parecían más parte de un juego de seducción que una invitación para comer, la tomé de las manos y me acerqué para besarla, era casi como un romance
Su boca buscaba la mía, nuestras lenguas se entrelazaban en un baile sensual, mi mano acariciaba su rostro ensortijando mis dedos en su cabellera, besaba su mejilla deseando llegar al cuello
Mientras la besaba desabotonaba la blusa que traía puesta, quedando libres sus senos casi saltaron a mi boca, los besé tiernamente para después concentrarme en sus durísimos pezones
Ella hacia esfuerzos por desabrochar mi cinturón, falló en el intento y mejor me lo pidió, ambos ya habíamos vuelto a subir la temperatura de la habitación, mientras yo me desnudaba ella también se quitaba las bragas
Cuando levantó la mirada y me vio totalmente desnudo y con tremenda erección, sonrió y se recostó en el sofá, abriendo las piernas invitándome a en ella entrar
Mientras la besaba la punta por sus labios vaginales le pasaba para repartir la lubricación, fui entrando en ella delicadamente, pero ella me jalaba de la cintura para que todo en ella entrará
Cuando me emplee a fondo logré sacarle un grito suavecito de placer infinito, ella clavaba sus dedos en mi espalda y con moviéndose lentamente empezamos a hacer el amor
Así estuvimos un largo rato, ella tuvo dos orgasmos, cuando yo llegué al clímax, poco después nos levantamos y nos dirigimos a la ducha, me enjabonaba deliciosamente y yo a ella todo su cuerpo frotaba, nos acariciamos y nos besábamos ricamente
Salimos de la refrescante ducha, ella volvió a ponerse solamente la blusa y yo el pantalón, nos sentamos a la mesa, nos mirábamos y sonreímos como dos adolescentes traviesos, poco después mire el reloj y le dije ya tengo que regresar al trabajo
Ella tomó las llaves del auto y cubriéndose su cuerpo, fue al maletero por una camisa limpia para mí, me volví a arreglar, ella me miraba, y me dijo... ya te pedí un taxi para que tú no conduzcas, deja aquí el automóvil y pasas por el en la noche
Sonreí, y un beso en la frente le dí, conozco tu perverso juego ....pero me va a encantar, me esperas en la noche...para cenar.
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