DILE A LA LUNA QUE VENGA
(A Federico García Lorca)
Que me revienten las venas
escribiéndote poesía,
¡que me revienten al alba!
¡a las claritas del día!
Que se desangren mis versos
a chorros por la lejanía
regando surcos de olivos
por tierras de Andalucía.
Que taponen la hemorragia
con estrofas de un romance
entre jazmines de plata
de Lorca a la luna grande.
Que me tiritan de frío
al compás de cante jondo
sonetos de trigo y pena
que sobre mi pecho escondo.
Entre olivares la espero
arropado en una manta,
de amapolas y trigales
con un nudo en la garganta.
¡Que quiero verla de cara!
¡Que quiero verla de frente!
Dile a la luna que venga
con agüita de la fuente.
¡Una mata de romero
y un buchito de aguardiente!
Que venga presta, ¡que venga!
¡Aquí la espero silente!
Con esquejes plateados
sobre la herida me apriete,
con un junquillo del río
que me haga un torniquete.
¡Rocío de llanto amargo
sobre los lirios se vierte!
Autor: Rafael Llamas Jiménez