Yo era un mar en calma hasta que tus labios
recorrieron mi piel. Ahora hay tormentas,
huracanes,toda la fuerza de la naturaleza
causando estragos en mi ser cuando te pienso.
Creí poder contener tanto fuego sin quemar mi alma.
Creí poder mirar al sol sin cegarme…
Qué ilusa mi mente.
Creyendo que sería fugaz cuando nos hicimos el
amor como si nos conociéramos de otras mil vidas.
Yo era el frío de un invierno bajo cero hasta
que tus manos invadieron mi cuerpo.
Ahora soy incendio, llamas rojas,
el calor del sol incitando lujuria ardiente
en mis actos en tu presencia.
Esto es mi culpa.
Subestime el vicio que desatarían nuestras
embestidas salvajes aquella noche.
Subestimé lo cautivadora que sería
tu mirada al amanecer a mi lado.
Que ilusa mi alma.
Creyendo que podría escuchar tus gemidos
invadiendo la habitación sin que eso se
volviera el anhelo eterno de mis ocasos.
Yo era el silencio abrumador de la nada hasta
que tu voz corrompió cada fibra de mi ser.
Ahora soy el retumbar incontrolable de mi corazón,
el ruido incesante del deseo insaciable por ti.
@jangril