Cada día cuando sale el sol en mis ojos puedo
ver en la inmensidad del horizonte el brillo de tu alma,
la luz del amor que me profesas en tu mirada que
me hace estremecer, en tus actitudes, en el
temor de tu corazón cuando escuchas
en mi voz y en el clamor de mis suspiros.
En tus manos sostienes la flor de mi amor,
un amor que crece cuando me buscas,
cuando me hablas, cuando callas y cuando respiras.
Cada pétalo se nutre en los besos que imaginas
en cada momento en los espacios de tu piel y que
se alimenta con el aliento, con la sed de tus deseos.
Porque estoy contigo y en ti soy el abrigo
de tu soledad, el que sostiene la raíz de tus sueños,
la fuerza que te lleva a navegar en la libertad
donde las velas son mis brazos y el timón
mis impulsos, un sentimiento profundo que se
mete en tus entrañas, en tus tiempos
y que se vuelve el motor de tu destino.
La flor de mi esperanza la deposito en tus
manos, en tu dedos sabes que es delicada
y aunque tiene espinas, la ato a tu corazón
para que su perfume se meta dentro de tu alma
y así siempre esté yo contigo, ahí preso,
pero feliz al darte mi luz, mi fuente, mi vida,
mi único camino...¡Mi amor!