Días sucedidos, de recuerdos y olvidos, que tatuan la memoria. Noches de lluvia incesante, que no mojan los sueños. Tiempo de soledad, tiempo de murallas infranqueables de esas que el orgullo abraza. Donde apenas un latido. Un gemido en agonía. Donde duele respirar. Nadie dijo que seria fácil, cuando no apuestas por batallas, cuando no sabes luchar y entregas las conquistas. Necesario es descansar el andar fatigado, cuando tus pies sangran en la misma tierra. Escribir en soledad. Necesario es aferrar silencios menguar entre álamos, junto a los fantasmas en el ático, mirar con ojos cerrados el despertar de la vida. Como cimiente el sentir de vidas ajenas... Inefable.