Mis ojos me delatan cada vez que te miro... ¿por qué nuestros ojos muchas veces dicen más de nuestros sentimientos que nuestras palabras?
Me gustas desde el día en que te vi entrar por la puerta de aquel bar y supe que te quería besar, sin haberte siquiera tocado, pero no me atreví nunca a decírtelo por miedo a tu reacción, por si no me correspondías. Aunque mis ojos no sabe guardar ese secreto.
Y cada vez que te veía sentía algo por ti, una mezcla de amor, de pasión, de ganas de besarte y abrazarte. Pero lo oculté y ahora me arrepiento, porque no tenía nada que perder.
Es mi mirada, la luz que desprende, la alegría que derrama cuando te miro, la belleza que veo en tu corazón, la interrogación que dibuja en el aire cuando no sé si me correspondes. Es ella, mi mirada, la que me traiciona y me delata ante ti.