ENCUENTRO
Ella lo observa desde lejos
Con los ojos de miel fluidos,
Las entrañas anudadas en ovillo,
El corazón a galope abierto,
Con su gruta mojada en ansias,
De amor loca suspirando ansiosa,
Sus sandalias llegaron a destino.
Corrió a fundirse en un abrazo.
Al árbol de su sombra,
A su huerto florecido,
A su roble enardecido.
¡Qué fiesta de caricias retenidas!
¡Qué sumisión en temblorosa entrega!
Dulce, brutal, inefable, insaciable,
Como animal sumiso frente a su amo enfurecido.
Uno, dos, tres sueños, cuatro, cinco fantasías
Suben y bajan gaviotas de la cima,
Clamando a gritos su nombre como loba herida,
Brotan al unísono los caudales de la vida.
Ya consumidas las velas,
Lumbre de recóndita ladera,
Ella le besa los ojos,
Atándose a su piel como hilo a su cordel,
Panales en sus labios desbordan la ternura,
Murmurando a su oído te quieros retenidos.
Te quiero...te quiero...
|