Acostumbrarse a no quejarnos suena a ciencia ficción y parece que hemos adaptado la insatisfacción como un mecanismo de afrontamiento permanente. Según Tolle, quejarse significa no aceptar lo que existe, y en esta situación, hay una carga negativa inconsciente. Cuando nos quejamos nos hacemos una víctima. Por otro lado, cuando expresamos nuestra opinión, damos presencia a nuestro poder. Si deseas cambiar una situación determinada, toma la iniciativa, habla, vete, sal o acepta la situación tal como está. Recuerda que lo que reaccionamos en los demás también es fuerte dentro de nosotros, y todo lo que nos molesta de los demás también existe en nosotros.
|