Con gran sutileza y sensualidad, cruce mis piernas para llamar tu atención, eres el tipo de hombre que siempre me ha atraído, con gran personalidad, seguro de si mismo, mirada penetrante y sonrisa enigmática, definitivamente, todo un portento de hombre, no pudiste disimular voltear a ver mis bien torneadas piernas y sonriendo cínicamente, te acercaste a mi...
Sin preguntar te sentaste a mi lado y tomas un trago de mi bebida, yo te miro entre curiosa y desconcertada, tienes buen gusto me dijiste pero yo agregaría un poco más de licor para ponerte más a tono, iba a protestar pero me tomaste de la mano y la llevaste a tus labios, esas manos son divinas, uñas perfectamente manicuradas de color rojo, así como las de los pies son símbolo de erotismo puro, estoy seguro que en la intimidad debes de ser un volcán en plena erupción.
Hasta entonces pude hablar diciéndote quizás quieras comprobarlo por ti mismo.
Pagando la cuenta me tomas de la mano para que te siga, yo no quise ni investigar hacia donde íbamos, mi entrepierna ya húmeda estaba a la espera de ese gran encuentro
Continuará...