Decidida tomaste mi mano y me arrastraste a la solitaria pista...
Al momento todos los murmullos cesaron
y los ojos se posaron en nosotros.
Quizá más en ti, ese vestido que se pega a tu cuerpo
como segunda piel y tu sensualidad
daba mucho de que hablar.
La orquesta se detuvo un momento y te pidió
sugerir algo... "Una salsa" fue tu respuesta.
Las luces se situaron sobre nosotros cuando la música
comenzó a sonar...
Tus formas danzaba al ritmo de la melodía
de una manera sensual, tus ojos tenían
un brillo inmensurable,
tal vez era mi imaginación.
No lo creo, conozco esa mirada seductora tan tuya,
poco a poco te abrazas a mí,
sentí como tus pecho se pegaron a mi pecho.
Como dije, deseabas seducirme
y tu pecho no pudo ocultarlo.
Una vuelta y tu espalda quedó pegada a mí,
tu firme trasero se restregaba al ritmo de la canción,
mientras mis manos acariciaban tu cadera de manera sutil...
Sentiste como me enardecí y mi hombría busco
alojarse dentro de ti parecía tener vida
propia y buscaba romper las telas para hacerte mía.
Una vuelta más y de forma ágil enredaste
una pierna en torno a mí, sin perder el ritmo
subías y bajabas simulando un coito desenfrenado.
Mi mano toco tu muslo y se acercaba
a tu firme trasero lentamente...
Sabes volverme loco y cuando me proponía
a besarte te separaste y una vuelta más...
Comenzaste bailar sola y paso a paso
te acercabas a mí, te veías mágica y deseable...
La música estaba por terminar...
La vuelta final estaba cerca, tres volteretas
sobre tu eje y te dejaste caer en mis brazos
tomando mi cuello y besándome con pasión.
Salimos de ahí ansiosos pues deseábamos bailar solos tú y yo...