

Cuando la noche se cierra
los ojos se vuelven salvajes,
estoy escuchando las manecillas
para cruzar el horizonte
y sentirme inmortal entre tus brazos.
Los signos arrastran tu piel
al pecado más santuoso,
el beso más tierno
y el vino más exquisito
lo tienen tus labios,
Adoro la noche
cuando estás conmigo,
se remece mi corazón
y mi carne se purifica
naciendo de nuevo en tus senos.
Tu sonrisa es tan divina
cuando se pega a mi regazo
y tu mirada tiene un fuego
que enciende todas las extremidades
del amor y del deseo.

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