Sus vientos en las costas susurraban
tu ausencia, sus arenas aún
guardaban tus huellas.
Remé alrededor con la esperanza
como vela, con el deseo de mi corazón
marcando el rumbo, y al llegar,
solo el eco de tu ausencia
me recibió con los brazos abiertos.
Pero aquí estaré, junto a tus huellas
en la arena, por si un día decides volver.