Bendita sea la Madre, que pueda ser amada y bendito sea el hijo, que pueda darle un beso. La mía sufre en vano y espera mi regreso... un regreso que quema, como una llamarada.
¡ Bendita sea la Madre, que viva en un país, rodeada de sus hijos, para ser adorada ! Mi noche es tormentosa y es triste mi alborada, porque un tirano quiso, que mi rosa hoy sea gris.
Bendita sea la Madre, cuyo hijo no muere, frente a los paredones, de un tirano asesino!
Yo doy gracias al cielo y me aferro a mi sino, porque nos da la vida, para que la venere.
Pero qué triste es ver, una tumba olvidada, donde un hijo no pueda, colocar una flor, para rociarla luego, con llanto de dolor, ni plantar una rosa, para su Madre amada.
DE LA RED.
|