Al hablar,
trate que tu habla sea llena de amor y poder.
Muchas personas hablan,
pero pocas hablan cosas con pleno significado.
Lo que todos buscamos más y más es
que el habla sea significativo,
es decir, que cada palabra que yo diga
realmente sea coherente con mi propio ser.
Además, el habla quita mucha energía del alma,
mientras el silencio recupera esta energía.
Debería permanecer en silencio
por lo menos unas dos horas por día,
de forma que las palabras
salgan de mi boca con total fuerza.