Coplas a la meditación
Cesó la lluvia, sale el sol con su alegría, se va inspirando mi ser oyendo una melodía. Ya se asoma en el silencio la activa meditación y aunque le tapo la boca: Habla su respiración.
Quisiera arrojar los versos sobre un río desolado, que los trague un remolino, que se queden sepultados. Pero no puedo apartarlos, es mi mente el cautiverio y aunque no quiera esbozarlos, no me queda más remedio.
Se me echa la noche encima, miro mi rostro en la penumbra, sigue jugando la rima con el numen que la alumbra. Abre la flor su intimidad, acude el verso a las secretas llamadas, despliega sus alas al verse en libertad y sobre una estrella quedara eclipsada.
DE LA RED.
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