La vida es misteriosa y una buena parte de su misterio nunca podremos conocerlo mientras vivamos en el cuerpo terrenal. Es difícil aceptarlo y, por eso, buscamos formas de explicarlo todo con palabras. Las palabras tienen su utilidad, pero también sus limitaciones. ¿Las necesita el lenguaje del alma y del espíritu? ¿Las palabras hablan al corazón o, por el contrario, existe otro tipo de comunicación que transmite conocimiento a nuestro corazón? Si todo se pudiera explicar, el prodigio se desvanecería. Puede que al mirar hacia delante la vida resultara monótona, evidente y sin retos.
Niégate durante un día a dar explicaciones. Si llegas tarde a una cita, simplemente llega tarde; si quieres comprar algo que no puedes permitirte, no busques excusas, y si temes decir algo fuera de lugar, suéltalo sin más. Los ángeles estarán encantados y la magia te seguirá allí donde vayas.
Meditación de los ángeles: No necesito dar explicaciones o allanar las hermosas cimas de la vida
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