BIENVENIDA AL NIÑO
Colócate la mano sobre el corazón y cierra los ojos.
Ahora permítete no solamente ver sino ser tu niño interior.
Por tu voz hablan tus padres que le dan la bienvenida a
su llegada al mundo y a su vida. Escúchales decir:
Nos sentimos tan felices de que hayas venido.
Te hemos estado esperando.
Hemos deseado tanto que vinieras a formar parte de nuestra familia.
Eres muy importante para nosotros.
Nos sentimos felices de que seas un niño.
Nos sentimos felices de que seas una niño.
Amamos lo único y especial que hay en ti.
La familia no sería la misma sin ti.
Te amamos, Queremos abrazarte.
Deseamos ayudarte a crecer para que seas lo que eres capaz de ser.
No tienes por qué ser como nosotros. Has de ser tú mismo.
Eres tan hermoso, tan inteligente, tan creativo.
Es un placer tan grande para nosotros tenerte aquí.
Te amamos más que a nada en el mundo.
Gracias por escoger a nuestra familia.
Eres bienaventurado y nos bendices al venir.
Te amamos. Realmente te amamos.
Que tu niño pequeño asimile estas palabras como verdaderas.
Procura disponer de un momento cada día para abrazarte y
decirte estas palabras.
Puedes decírtelas mirándote al espejo.
Puedes decírtelas abrazando a un amigo.
Dite a ti mismo todas las cosas que deseabas que tus padres te dijeran.
Tu niño pequeño necesita sentirse amado y deseado.
Dale lo que necesita.
No importa la edad que tengas, ni si estás enfermo o asustado,
tu niño pequeño necesita sentirse amado y deseado.
Recítale a menudo: «Te deseo y te amo».
Esto es verdad también para ti.
El Universo te desea aquí y ése es el motivo de que estés aquí.
Siempre has sido amado y siempre los serás, durante toda la eternidad.
Puedes vivir feliz eternamente. Y así es.
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