COMPARTIR SIN EGOS.
El Compartir es egoista. Tiene que serlo.
De otra forma no funcionaría.
El Rav Ashlag, fundador del Centro de Kabbalah,
nos enseñó que el compartir sin ego es casi imposible.
Si una persona desea cambiar y transformarse,
nunca lo hará si no obtiene algo a cambio.
El motor de compartir y cuidar tiene que provenir de su ego.
La paradoja es que cuando reconocemos nuestros motivos iniciales egoistas,
la recompensa de nuestro dar es más duradera.
Pero, cuando pensamos que lo estamos haciendo desde
la bondad de nuestros corazones,
habrá un corto circuito en algún momento dentro del proceso.
Hoy sé rudamente honesto contigo mismo.
Busca las semillas de los motivos ulteriores en tu dar.
Este examen que te haces a tí mismo,
asegurará que tus esfuerzos tengan mayor impacto.
D/A
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