Regalo de amor
Estaba triste la luna, ociosa, callada, oculta tras una nube sin sueños, ni esperanza
andaba taciturna sin brillo, apagada, alma errante constante entre luceros y estrellas fugaces
en una noche primeriza de verano, entre rosas y azahar música y romance, su alma se reflejó en unos ojos color azabache
peinaba el lucero plateadas canas, sonrisa acogedora y verbo de mil versos soñados
las miradas se cruzaron las palabras se bebieron los pensamientos se regalaron; hicieron pacto de amor eterno…
cada uno en su espacio cada uno en su reino… y un solo corazón para dos
la luna ya no está triste el lucero es su razón; los dos viven en silencio este gran regalo de amor
Isabel Miralles
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