NO ME TIEMBLE LA VOZ
No me tiemble la voz para contarte cuánto queda de vida en esta acera, si ves que ya murió la primavera seguro va a nacer en otra parte.
Se me apagan los ojos de mirarte y mi sueño parece una quimera, tendré que conseguir de otra manera aquello que no quise suplicarte.
Yo te espero, por siempre, yo te espero con la puerta del patio, y la ventana cerradas al constante desespero
de esa vida frenética y mundana donde fuiste la cárcel de un te quiero que siempre te pedí de buena gana.
TADEO
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