SIN TU LATIDO
Hay algunos que dicen, Q todos los caminos conducen, a Roma, Y es verdad, porque el mío, Me lleva cada noche al hueco que, te nombra.
Y le hablo y le suelto, Una sonrisa, una blasfemia y dos, derrotas, Luego apago tus ojos, Y duermo con tu nombre besando, mi boca.
Ay, amor mío, Q terriblemente absurdo es estar vivo, Sin el alma de tu cuerpo, sin tu latido. Sin tu latido.
Que el final de esta historia, Enésima autobiografía de un fracaso, No te sirva de ejemplo, Hay quien afirma que el amor es un, milagro.
Que no hay mal que no cure, Pero tampoco bien que le dure cien años, Eso casi lo salva, Lo malo son las noches que mojan, mi mano.
Ay, amor mío, Que terriblemente absurdo es estar vivo, Sin el alma de tu cuerpo, sin tu latido. Sin tu latido.
Aunque todo ya es nada, No se por qué te escondes y huyes de, mi encuentro, Por saber de tu vida, No creo que vulnere ningún mandamiento.
Tan terrible es el odio, Que ni te atreves a mostrarme tu desprecio, Pero no me hagas caso, Lo que me pasa es que este mundo no, lo entiendo.
Ay, amor mío, Que terriblemente absurdo es estar vivo, Sin el alma de tu cuerpo, sin tu latido. Sin tu latido.
Ay, amor mío, Que terriblemente absurdo es estar vivo, Sin el alma de tu cuerpo, sin tu latido. Sin tu latido.
Ay, amor mío, Que terriblemente absurdo es estar vivo, Sin el alma de tu cuerpo, sin tu latido. Sin tu latido.
-Eduardo Aute-
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