A veces nos quejamos de nuestros maridos, novios, amigos, el que no nos escuchan o que nos prestan poca atención, siempre está muy ocupado o cuenta con una reunión, o si le preguntamos algo se encierra en su mundo, o si quiere compartir conmigo una opinión pensamos si el ya tiene la suya formada, no importa la edad, la ocupación, solo queremos ser escuchados.
A veces ocurre que lo que queremos transmitir no es comprendido o mal interpretado, entonces nos sentimos frustrados, saber escuchar es un paso hacia adelante para poder interpretar, si dialogamos las relaciones serán más fuertes, el problema que nos aqueja es que en estos tiempos no tenemos tiempo, vivimos muy rápido y no encontramos el momento adecuado para escuchar al otro y ayudarlo en sus problemas o aflicciones.
Existen muchos beneficios de escuchar, ganaremos la compresión de las personas, llegaremos a fondo en nuestros problemas diarios, los vínculos se fortalecerán, el saber escuchar produce efectos tranquilizantes y nos ayudará a eliminar las tensiones, si empezamos por nosotros, valdrá la pena, ¿no creen?.
DE LA RED