La expulsión de los mercaderes del templo
«Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
En el Templo encontró a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas en sus puestos;
hizo un latió o con cuerdas y los echó a todos fuera del Templo...» (Jn 2,13-22; Mt 21,12-17; Me 11,15-19; Le 19,45-46).
El texto de la Purificación o, mejor, de la sustitución del templo, está expresando en todo su simbolismo el vacío
y la caducidad del templo. El templo era parecido a una mezquita árabe.
En él estaba el sancta sanctorum, donde sólo una vez al año entraba el sumo sacerdote para hablar con Dios.
Le seguían por este orden: el atrio de los sacerdotes, el de los varones mayores de doce años y sin defecto físico,
el de las mujeres y, por último, el atrio de los gentiles o extranjeros, donde, como servicio a los peregrinos,
se vendían bueyes, palomas, ovejas... para los sacrificios de la Pascua.
En este último atrio estaban las mesas de los cambistas
. El templo acuñaba moneda propia, pues no se permitía negociar con moneda extranjera
acuñada con efigies del emperador y dioses paganos.
El templo era el lugar de acceso a Dios... Difícil tenían este acceso a Dios los ciegos o los jorobados,
más aún las mujeres y no digamos los gentiles... Muchos leen mal este texto: algo así como cuando en nuestros templos se cuela un perro
y se intenta echarlo cuanto antes. Así Jesús —según esta equivocada lectura— echaría a los traficantes
porque el templo es casa de Dios y casa de oración.
No está de más que el templo sea lugar privilegiado de oración y que así sea tratado... Pero el texto dice mucho más: Es la sustitución del templo, y lo que él significaba como lugar de presencia y de acceso a Dios,
por el templo nuevo y de fácil acceso a todos los nombres.
Este templo es Jesús, por el que todos los nombres tenemos acceso directo a Dios.
Jesús dijo a los judíos que se dirigieron a El para preguntarle qué señal les mostraba para obrar así:
«Destruid este templo (que era su cuerpo) y yo lo reconstruiré al tercer día» (Jn 2,19)- Jesús es el nuevo templo,
el lugar de encuentro del nombre con Dios. Es acaso el texto más importante (texto programático) de todo el evangelio.
Por lo que Jesús dijo e hizo en el templo fue llevado a la cruz.
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