Todos podemos dar tanto de nuestro interior, ¿Por qué no hacerlo? El tiempo no nos espera y es ahora el momento para hacerlo. Tal vez tanta amargura, decepción, resentimiento, desconfianza, han hecho desvanecer las buenas intenciones desprendidas y lo comprendo muy bien porque yo también sentí la oscuridad del lamento, no viendo razones para ser buena con las personas que no lo son.
Pero pienso que es mejor soportar las cargas de la vida con un corazón valiente que no permita empañarse de amargura para conservarse limpio, firme, sano y amado. Si supiéramos que cada uno de nosotros tiene algo tan valioso que es el tesoro que habita en nuestro corazón.