de borrarlo y apagarlo, por otro lado,
cuando nos pase algo grandioso,
deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón
donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo ".
Sonriendo, el otro amigo respondió: Intrigado el amigo preguntó:
Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:
El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse
siendo salvado por el amigo. Siguieron adelante y llegaron a
un oasis donde resolvieron bañarse.
El otro ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: