Un viejito está llorando desconsoladamente en un banco del parque, ante lo que se le acerca un compasivo transeúnte: - Oiga, hombre de la tercera edad, ¿por qué llora? - Porque mi papá me pegó... -responde el antiguo llorón. Intrigado, el otro pregunta: - Oiga, ¿y cuántos años tiene usted?- ¿Yo? 81. - ¿Y su padre? - Mi padre, 114. - ¡Caramba! ¿Y por qué le pegó? - Por que le saqué la lengua al abuelito. |