Un guerrero de la luz a veces se desanima.
Considera que nada tiene la emoción que él esperaba despertar.
Muchas tardes y noches es obligado a quedarse manteniendo una posición conquistada sin que ningún acontecimiento nuevo venga a devolverle el entusiasmo.
Sus amigos comentan: "tal vez su lucha ya haya terminado".
El guerrero siente dolor y confusión al escuchar estos comentarios porque sabe que no llegó a donde quería.
Pero es obstinado, y no abandona lo que decidió hacer.
Entonces, cuando menos lo espera, una nueva puerta se abre.