Un hombre plantó una rosa y
trabajó regándola constantemente.
Antes que de ella apareciese algún indicio,
el la examinó y vió el botón que en
breve abriría,
mas notó espinas sobre el tallo y pensó,
"Como puede una flor tan bella
venir de una planta rodeada de espinas tan
afiladas?"
Entristecido por este pensamiento,
el se negó a regar la rosa y antes
de estar pronta para abrir, ella murió.
Así sucede con muchas personas.
Dentro de cada alma hay una rosa:
Son las cualidades dadas por Dios.
Dentro de cada alma tenemos
también las espinas:
Solo que falta que aparezcan
nuestras rosas.
Muitos de nosotros nos miramos y
vemos solo las espinas, los defectos.
Nosotros nos desesperamos,
pensando que nada de bueno puede venir
de nuestro interior.
Nos negamos a regar a cultivar
dentro nuestro,
y consecuentemente, eso muere.
Nunca percebimos nuestro gran potencial.
Algumas personas no ven la rosa dentro
de ellas mismas.
Por lo tanto alguien mas debe mostrarselas.
Uno de los mayores dones que una persona
puede poseer o compartir es ser
capaz de pasar por las espinas
y encontrar la rosa dentro de otras
personas.
Esta es la característica del amor.
Mirar una persona y
conocer sus verdaderas faltas.
Aceptar a aquella persona en su vida,
en cuanto reconoce la belleza en su alma
y ayudarla a percibir que ella puede
superar sus aparentes imperfecciones.
Si nosotros mostrarmos a esas
personas la rosa que está creciendo
en su interior, ellas superarán sus próprias
espinas.
Solo así ellas podrán ver abrirse sus rosas,
muchas veces.
Henrique Adalberto Dias
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