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De: greiscris (Mensaje original) |
Enviado: 24/02/2011 05:03 |
Interesante y emocionante
artículo no obvien leerlo sobre todo nosotras que somos madres y
vivimos
esta situación real en
nuestras vidas.
Nostalgia de los
cuartos vacíos Se han ido con un equipaje, lleno de todo aquello que con amor
les fuimos transmitiendo, en su corazón y en su mente. Autor: Ma Esther De
Ariño | Fuente: Catholic.net
Hoy Jesús, traigo nostalgia en el alma.
Hoy
Jesús, mis ojos traen vaho de lágrimas, porque hay demasiado silencio en mi casa
y he venido aquí para que postrándome a tus plantas sienta el consuelo de tu
entrega, también de tu desprendimiento a tantas cosas con la única resolución de
hacer la voluntad de tu Padre. Y me detengo un momento a pensar ...¡ cómo
hiciste el corazón de la mujer, como hiciste el corazón de las madres!. Y hoy te
vengo a contar todos mis pensamientos, sentimientos y nostalgias....
La
mujer está en la política, en la ciencia, en la comunicación, pero su esencia de
mujer no la ha de perder así como tampoco su ternura, su sensibilidad y el
percibir las cosas de manera diferente al hombre. Esto tiene relación con el
hecho de cómo sentimos las madres cuando los hijos se van. Los padres lo asumen
de distinta manera y las horas fuera del hogar los distraen y los
confortan.
Las mujeres cuando nos convertimos en madres, pasamos por
etapas diferentes: la espera, los hijos pequeños, los hijos en la adolescencia,
los hijos jóvenes y cuando los hijos se van. Suena esto a título de película,
pero esto es lo que en estos momentos nos ocupa y atañe. Cuando los hijos se
van.
Los hijos se van por diferentes motivos. Porque se casan, por el
trabajo, por lo estudios, en fin, por el motivo que sea, pero llega un tiempo en
que se van. Parece que aún oímos las risas, las conversaciones, las discusiones,
el teclear de la máquina de escribir o de la computadora ya muy entrada la noche
para entregar un trabajo al día siguiente en la Universidad. Un suéter, un
zapato, varios cuadernos dejados en el sitio más inverosímil de la casa... Sus
habitaciones no con el orden que hubiésemos deseado y que siempre pedimos
inútilmente, el retrato del novio o de la novia... Calor y color por todas
partes, ruido, música, VIDA.
La casa tuvo las habitaciones destinadas a
ellos y se fueron transformando con el paso de los años. Cuartos infantiles
primero: muñecos de peluche en las repisas y en el suelo, un elefante, una
avestruz, una pelota, un barco, un osito, una muñeca, un avión. Después...
fotografías, póster, banderines del equipo favorito, libros, revistas, etcétera.
Movimiento de entradas y salidas, llamadas telefónicas de larguísimas
conversaciones... En los fines de semana el vestido de noche sobre una silla y
el silencio de un profundo sueño juvenil en las mañanas de los
domingos.
Esos cuartos ahora están vacíos. Muy en orden, con el orden que
tantas veces predicamos y que ahora nos duele. Quietos, callados. Entramos en
ellos con pasos quedos, quién sabe por qué y recorremos con la vista las camas
con sus colchas impecables, todos los rincones... todo está en orden, todo está
bien. Levantaron el vuelo. Se fueron del nido. Se fueron del nido que los cobijó
por años. Nosotros, sus padres, los enseñamos a volar y se fueron.
Van a
volver pero nada será igual. Regresarán hombres y mujeres forjados en el diario
vivir. Con sus vidas propias y manejadas a su manera. Están comenzando la más
seria y profunda experiencia, igual que nosotros lo hicimos.
Tenemos que
retirarnos de la presencia activa en sus vidas y pasar a ser la parte
contemplativa de sus existencias y sus proyectos. Se han ido con un equipaje,
lleno de todo aquello que con amor les fuimos transmitiendo, en su corazón y en
su mente. Muchas de "esas cosas" estarán dormidas hasta que ellos sean padres...
Llevan como escudo, para todos los infortunios que la vida les depare, su fe en
Dios y su amor a Él. Los forjamos en el deber y en el afán de la excelencia para
emprender toda clase de experiencias y sabrán dar amor porque amor les
dimos.
En el abrazo se llevan nuestro corazón, pero después abrimos los
brazos y los vemos partir...para que la VIDA los reciba.
Los recuerdos
son de "otros tiempos". La nostalgia es el presente de los cuartos
vacíos.
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ALGO VERIDICO , NOSOTROS TAMBIEN LO HICIMOS.
Y CREO QUE ES LA LEY DE LA VIDA.
SOLO LOS QUEDA EL CONSUELO DE DIOS.
Y EN EL CASO MIO YO TENDRE LA OBLIGACION DE VELAR POR MI HIJO. EL NACIO CN SUS ALITAS CORTADAS CREO QUE NO VOLARA, TAN LEJOS.
BESOS POR TAN LINDA APORTACION.
LICHY |
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