Una niña de 4 años estaba con su pediatra; mientras el doctor le revisaba los oídos con el otoscopio, le pregunta: "¿Crees que adentro me encontraré al Pájaro Abelardo?". La
niña permaneció en silencio. Enseguida el doctor tomó el abatelenguas y mientras revisaba su garganta le preguntó: "¿Crees que ahí dentro me encontraré al monstruo galletero?" y de nuevo la niña no contestó nada. El doctor puso el estetoscopio en el pecho de la niña y mientras escuchaba su corazón le preguntó: "¿Crees que escucharé a Barney ahí adentro?" "Oh, no" contestó la niña, "Barney está pintado en mis zapatos, en mi corazón está Dios".