NO ME AVERGONZARE DEL SEÑOR
Porque no me avergüenzo del evangelio de Cristo; porque es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Romanos 1:16a
En este mundo es difícil mantener nuestra posición ante Cristo. Frecuentemente, cuando nosotros buscamos compartir nuestra fe en Jesucristo somos ridiculizados o simplemente aislados e ignorados por amistades o amigos.
Recuerdo cuando asistía al colegio siendo un joven. Era el único cristaino en mi salón de clase. Fui ignorado y cada día era ridiculizado. No fueron días fáciles, pero recuerdo como el Señor siempre me acompañó y me dió su fuerza y su poder. Recuerdo que en esos días. No me atrevía a compartir de Jesús por temor a ser más ridiculizado, pero el Señor me guió a mostrarles con mi vida que realmente yo era cristiano.
Un día un compañero de clase se me acercó y me pidió ayuda espiritual, porque él tenía problemas muy graves y no sabía como responder. Ese día tuve la oportunidad de compartirle del Señor. Hoy, quiero estar dispuesto a no avergonzarme del Señor y él me usará por su gracia y poder.
Un amigo me compartió una vez una experiencia que él vivió. Greg era cristiano cuando jóven y trabajaba en un depoósito manejando una pequeña grua. Todos sabían que el era cristiano y todos en el trabajo lo ridiculizaban.
Un día dos de sus compañeros en torno de burla le dijeron: Ehh , Greg, cantanos una de las canciones que cantas en la Iglesia. El siguió trabajando, pero ellos riendose, le insistian, ven arrullanos con una de tus canciones domingueras.
Greg, detuvo la grua, se bajó, se fue a sus compañeros, se paró frente ellos, mientras ellos reían. Greg, cerró sus ojos y alzando las manos comenzó a cantar: Aleluya..Aleluya..aleluya. Sus compañeros le dijeron.| Ya, Ya no sigas, sabemos que puedes catar. Greg sin abrir sus ojos, aumentó la voz y alzando las manos continuo cantando .Aleluya, aleluya, aleluya.
Cuando termino de cantar, sus compañeros estab llorando y uno de ellos les dijo. Greg, puedes orar por mi, tengo problemas en mi familia y ese día Greg no se avergonzó, pero compartió a Jesús con sus compañeros.
Este es un buen día para compartir de Jesús con otros. No tengo que avergonzarme, porque tengo el mejor amigo que alguna persona podría desear. Te gustaría en este día conocer a mi amigo. Estes un buen día para que lo conozcas y no te avergozarás de él.
Señor, Gracias por ser mi Salvador y ser mi amigo. A ti, quiero llegar con humildad y decirte que no quiero en este día y en ningun día avergonzarme de ti. Quiero hablar con otros y decirles que tu eres mi amigo. Quieres tocar a otras vidas a través de mi vida y acá está mi vida. Amén.