¡Un día más! ¡Déjame, Señor, vivir los suficientes para tenerlos de nuevo conmigo! El corazón duele mucho más de lo que el poeta puede decir.
El corazón es una congoja constante y la ansiedad del regreso es una golondrina tímida asustada por la inmensidad de las ciudades de los mares y desiertos.
¡La ansiedad del regreso! Un temblor palpitante dentro de mi mano. Si el día empieza o la noche termina... ¡Qué más da si no los tengo conmigo!
La Vida es el misterio el enigma de lo inesperado. Y mis ojos, abiertos y vacíos permanecen a la vera del camino.
El corazón está desfallecido pero, Señor... contigo el alma encuentra fuerzas para un día más... ¡Un día más en esta larga espera!
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