La perdición de un ángel
Un rayito de sol me despertó, en mi ser sentía el calor de la mañana, era hora de contemplar al mundo; desde lo alto del paraíso observé, te logré ver a través de tus ojos, desplegué mis alas y descendí a mirarte, pero cruelmente descubrí que en tu corazón sólo existía pesadumbre, sólo poseías resentimiento, no tenías ilusiones, no conocías los sueños y sólo hablabas de aberraciones, ¡Qué criatura tan desdichada!
Estando frente a ti y siendo testigo de tu existencia, no podía dejarte confundido, pero ¿Cómo podría ayudarte?, tal vez desafiando mi procedencia podría darte lo más preciado, algo tan valioso que no cualquier guardián del cielo es capaz de ofrecer. Sé que lo tengo prohibido, pero así te sentirías amado y no tan aturdido.
¿Seré capaz de entregarte mi ser?, sería sin duda la mejor opción, pero la sensación de perder la seguridad de los cielos sólo conseguía mi confusión. Con el paso del tiempo descubrí que lo que pensaba no eran más que tonterías. Pero ya dentro del suceso de ti me enamoré. ¿Qué es lo que veía en ti?, ¿Por qué tanto interés por tu destino? fue algo tan maravilloso el sentir tu verdadero ser, ver a través de tus ojos esa calidez ¡Ahora lo entiendo yo quería ser parte de ti, quería conocer lo que los hombres llaman amor!
Tu siendo tan meticuloso ahora tengo que confesar que me has atrapado en tus brazos y que por desgracia mis alas ya no puedo portar ¿Por qué he desobedecido a la divinidad?, tal vez para poder permanecer a tu lado, tal vez por sentir debilidad y pensar que por eso me han castigado ¡Qué castigo tan generoso!-Tengo la oportunidad de amar-, pero no lo entiendo porque es un castigo si tantos seres humanos tienen como sueño amar o ser amados.
Algunas tardes en el paraíso observaba como algunos seres humanos lloraban por causa del amor pero acaso no es lo que buscaban. No importa el sufrimiento, no importa la distancia, tu existencia me inspira un aliento, tu existencia me inspira confianza. Esa tierna mirada que tienes son parte de mi sueño, son parte de tu verdadero ser; esos dulces ojos cafés son parte de mi perdición… La perdición de un ángel. Prefiero mil veces tu amor que la comodidad del cielo.
¿Sabes? Juan Jesús te amo… Atentamente… Tu ángel.
Colaboración de Wendy Maricela Sánchez Ayala México
|