SI
QUIERES AMISTAD
Si
quieres amistad, antes de nada tú debes ofrecerla.
Las personas
sobresalientes desarrollan una particular conciencia de sí, que los hace ser
aceptados por los demás. Para ejercer sobre la gente una influencia positiva
debemos desarrollar ese tipo de conciencia en nosotros mismos.
Debes
amarte a ti mismo antes de poder amar a otros. Debes creer lo anterior si deseas
mejorar como persona. Cuando nos criticamos en exceso, tendemos a envidiar a
quienes desarrollan un mejor papel que el nuestro. Si nos fijamos solamente en
nuestras fallas, supondremos que los demás también se fijan sólo en nuestros
errores y siempre estaremos esperando ser rechazados.
El mundo es como un
espejo. La mayoría de los problemas que tenemos con la gente son un reflejo de
los problemas que enfrentamos en nuestro interior. No se trata de cambiar a
todos los demás. Cuando sutilmente alteramos algunas de nuestras ideas, nuestras
relaciones mejoran automáticamente.
No es bueno ser «la otra mitad» de
alguien; debemos ser personas totales. Cuando tu vida es un desastre, las
personas felices y estables tienden a evitarte. Procuran a quienes son felices y
estables. Si estás deprimido y triste, no atraerás sino a personas con terribles
problemas, los cuales duplicarán su infelicidad. Los demás pueden contribuir a
nuestra felicidad, pero antes debemos tener el control de nuestra vida. Cuando
esperamos que alguien «llegue» a arreglar todo, estamos coqueteando con la
desilusión. Las personas que disfrutan relaciones satisfactorias y estables son
seres equilibrados. No andan en busca de alguien que «llene un hueco». Reconocen
su propia valía.
Tienes que notificar al mundo que estás listo para
participar en la vida. El primer paso para hacer amigos es estar dispuesto a
salir y conocer gente. Si planeas hacer cambios y ganar amigos, prepárate para
ocasionarles tanto desilusiones como rechazos. Para evitar decepciones,
establece amistades sin esperar nada a cambio. Algunas personas corresponderán a
tu cariño y atenciones y otras no lo harán. Si te preocupas por los demás porque
así lo deseas, no te afectará el que no te devuelvan el afecto o el favor. El
Universo es justo. Si brindas amor y abnegación, cosecharás buenas cosas, aunque
no necesariamente cuando las esperas o de donde las esperas. Si deseas conocer
gente nueva y hacer nuevos amigos, toma la iniciativa.
Acuérdate de las
personas con quienes te encanta convivir. Lo más probable es que se trate de
gente que sabe reír de sí misma. Esta clase de personas son más divertidas,
tienen más amigos y menos úlceras. Cuando nos mostramos aprehensivos, los demás
se sienten abochornados y finalmente provocamos que desaparezcan del horizonte.
Una vida dulce es una experiencia compartida. Nuestras grandes alegrías,
nuestros bellos momentos, los grandes retos y las mejores épocas de la vida, son
básicamente aquellas que compartimos con otros. Muchas de nuestras mayores
experiencias de aprendizaje proceden de la convivencia con las personas. Para
lograr una estancia memorable en este planeta debemos prepararnos para derribar
ciertas barreras: hacer un esfuerzo especial para conocer, convivir y acercarnos
a los demás.
La alegría de la vida deriva de expresarnos, de correr
riesgos, de aventurarnos. No todo el mundo te amará, pero tú si puedes amar a
quien desees. Tal vez no quieres que te lastimen pero es mucho mejor sufrir con
la idea de que diste todo lo mejor que podías ofrecer. Los únicos que realmente
sufren son aquellos que saben que las cosas pudieron haber sido mucho mejores,
mucho más emocionantes, mucho más bellas; pero no lo
fueron.
Andrew
Matthews
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