Tu inefable mirada, de radiantes destellos
de ilusión, los cuales vertiste sobre mí.
Fueron como si gotas de felicidad,
cayeran en el jardín de mis esperanzas.
Donde los ojos de la nostalgia se cerraran para siempre;
dando paso a las feliz realidad de los sueños vivos.
Venus Maritza Hernández
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