Aquella explosión de sentimientos que no cabían en la luna Aquel ir y venir de sueños Aquello que tenía ojos dulces como el destino Aquellos larguísimos viajes imaginarios donde cada kilómetro era una carícia un beso un cielo distinto Aquel juramento eterno Aquellas cosas que eran de nuestras almas y de nadie más Aquello que pudimos ser y nunca fuimos. Para decirlo de una vez por todas aquella explosión de sentimientos que no cabían en la luna tampoco caben en este intento de olvido que enciendo todas las noches para que la vida transcurra y derrame simplemente una lágrima de nostalgia.