Plenitudes
Existen tres clases de plenitudes:
- La plenitud
del vaso, que retiene y no da. - La del canal, que da y no retiene. - Y la
de la fuente, que crea, retiene y da.
Hay muchos hombres
- vaso:
Gente que se dedica
a almacenar virtudes o ciencia, que lo leen todo, coleccionan títulos, saben
cuanto pueda saberse, pero creen terminada su tarea cuando han concluido su
almacenamiento: ni reparten sabiduría ni alegría. Tienen, pero no
comparten. Son magníficos, pero magníficamente estériles. Son simples
servidores de su egoísmo.
También hay hombres
- canal:
Gente que se
desgasta en palabras, que se pasa la vida haciendo y haciendo cosas. Padecen
la neurosis de la acción, y tienen que hacer muchas cosas y todas de prisa,
creen estar sirviendo a los demás, pero su servicio, es a veces, un modo de
calmar sus picores de alma. Dan y no retienen. Y después de dar, se sienten
vacíos.
Qué difícil es, en
cambio, encontrar hombres - fuente!!
Personas que dan de
lo que han hecho sustancia de su alma, que reparten como las llamas, encendiendo
la del vecino sin disminuir la propia, porque recrean todo lo que viven y
reparten todo cuanto han recreado.
Dan sin vaciarse,
riegan sin decrecer, ofrecen su agua sin quedarse secos.
Cristo, debió ser
así. Nosotros, tal vez haríamos bastante, con ser uno de esos hilillos que
bajan chorreando desde lo alto de la gran montaña de la
Vida...
a/d
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