Cuenta
la leyenda... que una persona llego a la casa de un viejo
granjero.
Frente a
la puerta de su casa se encontraba sentado uno de sus
perros.
Era
evidente que el perro no estaba a gusto, que algo le molestaba y lo tenía
irritado
ya que
ladraba y se quejaba sin parar.
Después
de unos minutos de ver el evidente estado de incomodidad y dolor
que
exhibía el
animal, el visitante le
preguntó al granjero que podría
estarle
sucediendo al pobre animal.
- No se
preocupe ni le preste mayor atención – respondió el granjero-
.
Ese
perro lleva varios años en las
mismas.
- Pero…
¿nunca lo ha llevado a un veterinario a ver que puede estarle
sucediendo?,
preguntó
el visitante
- Oh no,
yo se que es lo que le molesta. Lo que sucede es que es un perro muy
perezoso.
- ¿Qué
tiene eso que ver con sus quejas?
- Ocurre
que, justo donde está acostado, se encuentra la punta de un clavo que
sobresale
del
piso, que lo pincha y lo molesta cada vez que se sienta y por eso ladra y se
queja.
- Pero….
Y ¿por qué no se mueve a otro lugar?
- Porque
seguramente lo molesta lo suficiente como para quejarse, pero no
lo
suficiente como para
moverse.
El conformismo y la
mediocridad,
hace que las situaciones molesten,
incomoden,
pero no
lo suficiente como para que decidamos
cambiar.
Para meditar y ponerlo en
práctica
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