Mis manos... Treman mis manos
entre las tuyas contagiadas del calor de la dicha, mientras nuestros
sueños rozan las estrellas en perpetuo andar de enamorados…
Los besos de nuestras manos suenan a celeste melodía
dentro de tus oídos y las almas se juntan en el vuelo hacia eternas
alturas…
Mis manos acariciantes recorren tu cuerpo todo y son tus
latires como tambores batientes al recibirme en tus adentros…
Murmuran mi nombre tus tibios labios, junto a un “te
quiero”, como en oración, quemando mi pecho las llamas vivas que de ti se
escapan… Nuestras manos juntas son una sola, tienen el imán que
atrae y la fuerza que trasciende; el poder de llenarnos el alma hasta
los mínimos detalles… Tienen la magia de curar heridas que del pasado
han quedado. Tienen palabras de silencio y bálsamo sublime que
sana cuando van hacia ti en vuelo… Manos que nacen en mí y mueren en
ti, cuando más lejanas, más amadas, que enlazadas viven juntas pintadas
con luces de ensueño… Manos aladas de silencios dormidos… que pueblan
las distancias de palabras y en tropel llegan al corazón para instalarse
en él; y cubren nuestras almas con la magia infinita del amor. Mis
manos en tus manos son deleite que enardecen el alma y despiertan los
sentidos, caminan por surcos abiertos sembrando amores
eternos, destilan versos de alborada e iluminan las sendas que van al
corazón… Cuando mis manos rozan las tuyas se produce el milagro del
amor…
Autora: Ninfa Duarte
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