EL BUEN SAMARITANO
El mundo está lleno de buenos samaritanos…
Tu vecino es bueno, mi hermano,
no es el criminal que pinta la radio…
Gracias a tu vecino
tienes las carreteras… tus zapatos…
el teléfono… la misma radio.
Si no fuera por tu vecino,
que exprime gotas de amor al sudar,
¡ni una taza de café podrías tomas!
Un vecino plantó el café y lo recogió
otro, lo machacó y envasó…
otro más te lo ofrece en la tienda
y finalmente, tu vecino más cercano,
te lo ofrece en la mesa.
¡Y todavía más!:
La taza en la que te lo da,
también la hizo otro vecino.
Y la misma cucharilla...
... y el azúcar que le echas,
también es polvo de sudor
de un vecino bueno
¡que nunca te conoció!
Tanto quiere Dios que nos amemos,
que lo "imprescindible" nos lo da por su mano
-el sol, el alma, el aire, los nardos…-
Pero lo que es sólo "necesario"
-el vestido… la comida… los teatros…
nos los da Dios a través de otro humano...
... para que ¡en justicia!
no tengamos más remedio que amarlo.