Tomo sus manos, y los saludo desde mi yo íntimo; anhelo que esta Navidad nos despierte al mágico encuentro de nuestra esencia espiritual, latente en nuestro interior; lograrlo, obra el milagro de abrirnos a la grandiosa originalidad de encarnar, aquí y ahora, principios y valores del espíritu, a veces, proclamados con los labios, aún no con el corazón; que en esta Navidad, sintamos que nuestro legado celestial: ser hijos e hijas de la luz, nos fortalece para elegir: ser amor, por sobre todas las cosas de este mundo
"Practica el principio de no - agresión y no - violencia";
Navidad es imitar a Madre Teresa de Calcuta:
"El principio del amor es dejar que aquellos que amamos sean ellos mismos, y no tratarlos de voltear con nuestra propia imagen, por que entonces solo amaremos el reflejo de nosotros mismos en ella. No es que tengamos lo mejor de todo, elegimos sacar lo mejor de toda prueba y dolor".
¡¡¡Felicidades!!!
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