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Muchas personas, se me han acercado en diferentes oportunidades, para hacerme una pregunta, qué créo es común a todos los que buscan a Dios de corazón, y mediante laBiblia quieren conocerle mejor. La pregunta en cuestión es: “¿Cómo hay que leér la bibliapara entenderla?”.

 

Encontrarás que la lectura de la Biblia es gratificante, sin embargo, ¡no siempre resulta fácil! Estas pautas pueden ayudarte:

  • Antes de leer cada pasaje, pídele a Dios que te hable a través de su Palabra.

  • Reserva un tiempo especial cada día para leer la Biblia, y procura mantenerlo.

  • Si puedes encontrar un lugar tranquilo, aún mejor.

  • Tendrás que decidir si prefieres leer a solas o en grupo. La compañía, a veces, ayuda sobre todo para entender el texto. Cuando hayas leído, piensa en las respuestas a estas preguntas:

  • ¿Por qué se escribió este pasaje? ¿Cuál es el significado de cada palabra del texto que no entiendo? ¿Qué significado tenía este pasaje para sus lectores originales? ¿Qué me dice a mí este texto hoy? ¿Qué díce el pasaje acerca de Dios? Aplicación: ¿Qué pide que yo haga?

 

Pide a Dios, en oración, que lo que acabas de leer te ayude a vivir de acuerdo a su voluntad. “Señor, ayúdame a entender tu Palabra y a saber vivir conforme a tu voluntad. Amén”.

 

¡Adelante!

Mantén la costumbre de leer la Biblia y orar diariamente. Te será de utilidad conseguir un plan de lectura bíblica, especialmente para ayudarte en la primera, y -por lo tanto- más difícil etapa de lectura bíblica, cuando es una experiencia nueva. Para ello puedes acercarte a una librería cristiana o tambien una oficina de la sociedad bíblica de tu país. 

Cuando comenzamos a apreciar la Biblia por nosotros mismos, nos damos cuenta de la gran necesidad que el mundo tiene de ella. La Biblia es la Palabra de Dios. Su mensaje de amor es esperanza y vida para el mundo.

 

Así como el pan alimenta nuestro cuerpo, la Palabra de Dios alimenta nuestro espíritu. Jesucristo dijo: “Mis palabras son espiritu y vida…” y “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia”. ¡Dios bendiga tu lectúra!