La falsa justicia es uno de los pecados más difíciles de reconocer en uno mismo, ya que se disfraza de obediencia a la Biblia, y de convi-
cciones firmes en cuanto a la verdad. Es por eso que los cristianos somos especialmente proclives a su engañoso atractivo; después de todo, sabemos distinguir entre el bien y el mal, y tenemos el deseo sincero de obedecer al Señor. Los fariseos eran ejemplos de falsa justicia. Al contemplar sus vidas, podemos formarnos un juicio de esta manifestación de orgullo que atrapa a muchos creyentes hoy. Quitémonos nuestras vendas y dejemos que la Palabra de Dios revele cualquier falsa justicia que haya en nosotros (He 4.12, 13).
Características:
- Los que se creen muy justos y buenos son guías ciegos que llevana las personas por el camino equivocado. Aunque son rápidos para señalar los pecados de los demás, no pueden ver los propios (Lc 6.39-42).
- Su objetivo es causar una buena impresión, no tener el corazón puro. Por fuera parecen justos, pero por dentro están llenos de hipocresía (Mt 23.25-28).
Peligros:
- Rechazan el propósito de Dios para sus vidas al negarse a arrepentirse (Mt 3.1-11) y (Lc 7.29, 30).
- Sus corazones están lejos del Señor (Mt 15.1-9).
- Serán juzgados por sus mismas normas (Lc 6.36-38).
Remedio:
- Pedir a Dios que escudriñe su corazón y revele cualquier pretensión de superioridad moral (Sal 139.23, 24).
- Confesar la arrogancia (1 Co 8.1-3).
- Humillarse con arrepentimiento (Stg 4.6-12).
- Procurar tener una relación estrecha con Cristo, no una justicia propia (Fil 3.3-16).
- Ofrecer misericordia, no condenación, a los demás (Ro 1.1-13).