Estamos viviendo tiempos difíciles y peligrosos, en los que las personas no encuentran respuestas a sus problemas, a pesar de los muchos avances de la ciencia y tecnología que ha alcanzado la humanidad.Todo el mundo civilizado que hemos desarrollado no ha sido suficiente, ni nunca lo será, para que el ser humano pueda alcanzar la felicidad, tan a diario perseguida a través de los placeres que nos procuramos, pues la respuesta no radica en lo que somos ni en lo que tenemos,La única y verdadera respuesta se encuentra a través de una relación personal con Dios, cara a cara, todos los días.Dios diseñó un plan para cada persona. En su infinito amor y miseriordia. El envió a su Hijo Jesucristo para que, de su sacrificio perfecto, único y suficiente en la cruz, la persona fuera justificada y redimida del pecado.La Biblia, Palabra del Dios viviente dice:"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna." Juan 3:16."Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros". Rom. 5:8. La causa de los problemas actuales de las personas es su separación de Dios. Esta separación es provocada por el pecado, pero fundamentalmente porque la persona ha rechazado al Señor Jesucristo como Señor de su vida, como único y suficiente Salvador.Todos los seres humanos necesitan aceptar a Jesucristo para establecer una relación directa y eterna con el Padre Celestial. Al respecto, las Sagradas Escrituras dicen:"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios", Rom. 3:23"Como está escrito: no justo, ni aún uno;" Rom.3:10.Solo hay una cosa, la única, que la persona tiene que hacer para obtener la salvación de su alma y con ella garantizarse la vida eterna, y es aceptar a Jesucristo en su corazón."He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo"Apo.3:20"Que si confesares por tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo". Rom. 10:9.