Soy una bruja porque Siempre que abro los ojos al despertar, me emociono por un día más para vivir, libre y comprometida con las cosas y las causas de Dios.
En este momento busco reflexionar acerca de tantos días que nos fueron quitados, por envidia, injuria y codicia y pido luces y fuerza a Dios para el día de hoy.
Soy una bruja porque al abrir las ventanas y respirar el aire de la mañana, agradezco a Dios por el don de la vida, y celebro
al padre aire por su presencia en mí.
Soy una bruja porque, al alimentarme, celebro aquel bendito alimento y bendigo todos aquellos que contribuyeron con su trabajo para
que el mismo llegara a mi mesa.
Soy una bruja porque, siempre de alguna forma, renace el amor en mí, y mi alma agradecida transmite luz.
Soy una bruja porque siempre me envuelvo y me comprometo al servicio de la justicia y de la paz en el mundo.
Soy una bruja porque estoy siempre insistiendo en abrir las puertas de mi corazón para transmitir las enseñanzas de los antiguos y facilitar el despertar del gran arte en los corazones de los que me rodean.
Soy una bruja porque estoy siempre encendiendo un
fósforo sin maldecir la oscuridad.
Soy una bruja porque recojo la verdad sin jamás
conformarme con la mentira y el subterfúgio.
Soy una bruja siempre que renuncio al egoísmo y busco ser generosa.
Soy una bruja cuando sonrío para alguien, aún estando muy cansada, pues conozco el valor de la sonrisa.
Soy una bruja cuando tomo un animal herido para aminorarle el dolor.
Soy una bruja cuando persigo la luz de una estrella con la mirada y el corazón en las tinieblas que nos rodean.
Soy una bruja porque, cuando hablo en libertad, me siento águila. Cuando hablo de sabiduría, me siento lechuza.
Soy una bruja porque estoy siempre atenta al perfume, que no puedo derramar en el prójimo sin que también me alcance y la ley triple se hace en mí.
Soy una bruja cuando vivencio el sabor del pan compartido. Cuando busco pedir perdón y recomenzar.
Soy una bruja cuando me recojo al silencio ante un juicio injusto a mi respecto, lo entrego al tiempo. Único polo óptico de la verdad inmutable.
Soy bruja cuando desarrollo en mi ser la humildad de vivir y morir como el grano de trigo, para después fructificar en luz, de tenacidad y esplendor.
Soy una bruja porque estoy siempre resurgiendo de los grises como el ave Fênix. Y así, retomar mi vivencia concreta, cuyo itinerario principal es mi Diosa interior, fuerte, guerrera, translúcida, serena y amorosa al despertarse en mí.
Por todo eso, soy una bruja!