POEMA
Las justas justas son más bellas así, externo.
Podías bregar en cualquier parte sin tropezar con algo
o levantar la cuchara y no encontrar la mano
o veías que el clima estaba bueno y le esquivabas a la lluvia.
Los libros yacían sobre tu ropa en momento inadecuado
y ahora, cuando no es hora de dí-lemas.
Por eso te escondías en emociones innecesarias,
te metías en luces que no te iluminaban
o tomabas el camino con tan sólo otear.
Suaves días fueron aquéllos para ti, cuando nada veías
porque autodeterminabas ni siquiera hacia afuera.
Y persistes aún en tales di-mensiones como oficio vital,
conoces, piensas, si se extiende tu in-tención,
cuando no hay palabras indelebles, mas sí hombres
dil-huidos en afanes inútiles,
¡esta estancia mani-ática!
Desde entonces tam-poco sabes hasta dónde llegarás tú solo.
Guillermo Henao
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