El “sueño americano” de la contrarrevolución en Miami ha sido siempre que el gobierno norteamericano “les resuelva el conflicto” de invadir a Cuba, mientras ellos hacen febrilmente sus maletas a la espera de los "tres días de licencia para matar". Por eso la mafia terrorista de Miami anda agitada por estos días. No hay declaración, no hay opinión en el libelo llamado El Nuevo Herald que no se pronuncie por resolver âel problema cubanoâ por la vía de la agresión militar y para ello no dejan de recordarle a W. Bush que les debe el favor del plagio electoral. Como botón de muestra, he aquí un párrafo de un comentario publicado el pasado sábado: "Si las organizaciones de mayor prestigio concertaran su poder de convocatoria durante los períodos electorales para premiar una política sensata, transparente y vital hacia Cuba, estoy seguro de que los candidatos de cualquier rango, desde representantes hasta presidentes, se sentirían obligados a darnos algo más que la habitual matinée de arroz con pollo en Versailles y la compra de unas finas guayaberas...a la gente no se la puede seguir llamando a las urnas con la promesa de continuar el embargo y un breve paseo presidencial por la Calle Ochoâ. Por primera vez se ha creado un ambiente anticubano inédito: todos los esfuerzos norteamericanos han estado dirigidos hasta ahora a crear una situación explosiva en elinterior de Cuba y convertir a la nación cubana en una especie de olla de presión que, recalentada, explotase, sobre todo cuando esperaban que funcionara la teoría del dominó tras el derrumbe de la URSS. Pero como han fracasado en esos intentos, ahora resulta que la "olla de presión" la han creado en el exterior cubano y desde la indudable prominencia de un alto cargo político, gubernamental o parlamentario, o desde un título honorífico o un determinado reconocimiento intelectual, se amplifica una desvirtuada imagen cubana y se trata de proyectar la abyecta sensación de que el archipiélago es un país donde lo característico es masiva represión, intensa penuria y virtual apocalipsis. Se está configurando un panorama de obstinación y hostilidad. Y ese ambiente se hace más peligroso para la nación cubana cuando se van sumando las distintas señales que emiten los gobernantes norteamericanos y se escuchan los aullidos de los voceros de la mafia anticubana, siendo muy visible la intencionalidad de una escalada para crear las condiciones de una posible amenaza de agresión militar. Ello lo facilita, además, el hecho de que por primera vez también se secuestra a la política hacia Cuba a límites inauditos, cuando la presente administración estadounidense ha situado en puestos claves de los diversos frentes del gobierno, sobre todo de la política exterior, a 32 norteamericanos de origen cubano (ese es el pago a la mafia de Miami por el plagio) y se han elevado a rangos importantes a personajes vinculados a la agresión contra Cuba, como son los casos de Dan Fisk y Roger Noriega, actuales subsecretarios del Departamento de Estado, que trabajaron estrechamente con el senador Jesse Helms y son importantes redactores de la Ley Helms-Burton. En la lógica de un cubano, sin excesiva suspicacia, está plenamente justificado el razonamiento de que hay que prepararse para lo peor. Mucho más cuando el gobierno de la superpotencia está diciendo que o estás conmigo o contra mí y está envalentonado con su doctrina de hacer la guerra preventiva contra todo aquel que considere es una amenaza para su seguridad nacional; entonces, cómo se puede ignorar la escalada virulenta de estas últimas semanas, donde están el encierro el el "hueco" de nuestros 5 héroes, la provocación de Cason, el estímulo a los secuestros de aviones y embarcaciones, la expulsión de los 14 diplomáticos y el anuncio continuado de redoblar las medidas contra la nación. Se han pasado semanas metiéndonos miedo con el âcocoâ del 20 de mayo, como si los patriotas cubanos no estuviésemos conscientes de que no hay otra alternativa que luchar, porque ¿quién que se respete admitiría esa pretensión de convertir a la nación en un apéndice de la política norteamericana?, ¿quién con dos dedos de frente no estaría de acuerdo en que mientras Estados Unidos utilice contra Cuba ese lenguaje tan propio de los "cawboys" montados en portaviones será muy difícil lograr un entendimiento entre ambas naciones? El escoger la fecha del 20 mayo de mayo, que es la conmemoración cubana de los Estados Unidos, es ya de por sí el envío del mensaje de que aspiran a que Cuba sea de nuevo un protectorado yanqui. El 20 de mayo de 1902 nació "la República" con la enmienda Platt en su Constitución tras cuatro años de intervención militar, donde Estados Unidos "cañoneó" para que se eligiera como presidente a un cubanoamericano, tras unas singulares elecciones âdemocráticasâ donde los interventores impusieron tantas condiciones, que solamente pudo inscribirse el 7 % de la población en edad de votar. Ya antes habían disuelto el Partido Revolucionario Cubano que creó José Martí para forjar la unidad y que se fraccionó en más de 50 agrupaciones políticas, habían desarmado y desmovilizado al Ejército Mambí y despojaron a los cubanos de sus principales riquezas al imponer la Orden Militar No. 62 y entregar a las compañías norteamericanas más de 200 concesiones para la explotación de los recursos más valiosos de la nación. Los patriotas cubanos sabemos que de nuevo estamos en la gran encrucijada de la independencia o el anexionismo; de ahí esa determinación corajuda de respaldar plenamente lo que dijo Fidel el 1ro de Mayo: “Si la fórmula fuese atacar a Cuba como a Iraq, me dolería mucho por el costo en vidas y la enorme destrucción que para Cuba significaría. Pero tal vez sea ese el último de los ataques fascitas de esta administración, porque la lucha duraría mucho tiempo, enfrentándose los agresores no sólo a un ejército sino a miles de ejércitos, que constantemente se reproducirían y harían pagar al adversario un costo en bajas tan alto, que estaría muy por encima del presupuesto de vidas d sus hijos que el pueblo norteamericano estaría dispuesto a pagar por las aventuras y las ideas del presidente Bush...â Y es que como decía el Apóstol: “la libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio”. |