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General: Carta Abierta a Augusto Roa Bastos
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De: Galo760 (Mensaje original) |
Enviado: 20/08/2003 02:49 |
CARTA ABIERTA A AUGUSTO ROA BASTOS
Sr. Augusto Roa Bastos:
Yo no soy una intelectual, soy sólo la esposa de un intelectual cubano condenado a 18 años de prisión por ejercer su derecho a la libertad de pensamiento y de palabra.
Mi esposo, Manuel Vázquez Portal es un poeta y periodista, detenido y sentenciado en la ola represiva de marzo del 2003, junto a otros 74 opositores pacíficos y periodistas independientes.
Nosotras, las esposas de los presos políticos cubanos (que no son 75, sino más de 300) clamamos la ayuda de la comunidad internacional para que nos apoyen en la búsqueda de la libertad de nuestros esposos y familiares. Recibimos el apoyo de destacados escritores que Usted seguramente conoce: Mario Vargas Llosa, Eduardo Galeano, Jorge Edwards, Jose Saramago, Carlos Fuentes, Enrique Krauze y muchos más.
Pero hay otro grupo de personalidades e intelectuales del mundo que en reacción a la ola de arrestos de disidentes en Cuba no nos dieron su apoyo, sino que expresan su simpatía al régimen de Fidel Castro, aduciendo que en los EE.UU se violan los derechos humanos.
El hecho de que violen o no los derechos humanos en EE.UU no justifica que los violen en Cuba. Y, a mi juicio, el que apoya el régimen cubano en este momento –ignorando el número y la situación de los presos políticos en Cuba- también es cómplice en la violación de derechos humanos. Nosotros estamos viviendo en Cuba, nuestros esposos están presos en Cuba y nuestros derechos humanos los exigimos del gobierno cubano, no de los EE.UU. Para esta exigencia esperamos tener apoyo de los intelectuales del mundo entero.
El régimen de Cuba con el control absoluto de los medios de difusión, sobre las organizaciones de masas y políticas que rigen la vida social y privada de las personas está acusando a sus opositores de mercenarios y traidores a la patria, dicen que están en contra de Cuba porque no piensan como Fidel Castro.
Pero Fidel Castro no es Cuba ni es la patria.
Supe con estupefacción que Augusto Roa Bastos, el escritor que admiré y respeté desde que leí, ya hace algunos años, su “Yo, el Supremo” se había sumado a los firmantes del manifiesto que aquí se llamó “De Solidaridad con Cuba” pero no es para nada solidario con el pueblo cubano sino con su régimen.
Su novela es uno de los máximos exponentes de la literatura que sobre las tiranías se han escrito en América. Sin embargo, a 29 años de la primera edición de “Yo, el Supremo”, su autor no reconoce, a pesar de haberlos reflejado muy bien en su obra, los rasgos y características propios de una dictadura que mutila todas las libertades y desangra al pueblo por una lucha por la supervivencia.
Sr. Augusto Roa Bastos, ahora llegó Usted aquí a Cuba con Fidel Castro. Supongo que los empleados del régimen le mostrarán una Cuba de vitrina: será llevado en la grata compañía de los funcionarios del gobierno en automóviles con aire acondicionado a hoteles de lujo para turistas extranjeros, se alimentará en restaurantes con comidas sabrosas y abundantes, lo tratarán en hospitales especiales para aquellos que pagan en dólares o que son invitados del presupuesto del Estado.
Quiero que sepa, Sr. Roa Bastos, que todo está fuera del alcance del cubano de a pie. No podemos entrar en estos hoteles, estos restaurantes, nos está prohibido ir a las playas que están reservadas para extranjeros, ni siquiera podemos comprar medicamentos en farmacias para extranjeros porque son en dólares y a precios que triplican el salario mensual de cualquier profesional. Nosotros vivimos aquí una pesadilla cotidiana de levantarse y pensar, no en la libertad ni en el futuro, sino en cómo sobrevivir. Montamos unos vagones de pasajeros tirados por un camión tractor, comemos picadillo de soya (a falta de carne, no por gusto), tenemos la asistencia médica gratuita pero nuestra salud se debilita más y más debido a 44 años de subalimentación e insalubridad.
Padecemos una represión ideológica que cercena el alma y convierte en enemigos a padres e hijos, hermanos y amigos. Cuba también tiene escritores que, como Usted, en un tiempo han sido obligados a expatriarse. Ni sus nombres son mencionados en los medios de comunicación que controla el régimen.
Si su labor de periodista le enseñó, según Usted mismo declaró en 1977 en entrevista con Ernesto González Bermejo, a “observar mejor la realidad humana”, nosotras esperamos que ese conocimiento también le sirva en Cuba. Aproveche su estadía en nuestro país para observar la realidad cubana, no la realidad virtual.
Esperamos entonces que Usted pueda decir de nuestro dictador como del de su novela: “Dejaste de creer en Dios, pero tampoco creíste en el pueblo con la verdadera mística de la revolución, única que lleva a un verdadero conductor a identificarse con su causa, a usarla como escondrijo de su absoluta, vertical persona... Con grandes palabras, con grandes dogmas aparentemente justos, cuando ya la llama de la revolución se había apagado en ti, seguiste engañando a tus conciudadanos...”
Esta carta abierta que le escribo a Usted, puede costarme años de cárcel y que mi pequeño hijo se quede también sin su madre o que mi esposo sea más crudamente tratado en la prisión de Boniato, donde se encuentra recluido, a más de 900 kilómetros de nuestro hogar. De cualquiera de las dos variantes Usted será testigo. Apelo a su generosidad y compromiso con la verdad.
Respetuosamente,
Yolanda Huerga
CAMPAÑA CUBANA POR LA LIBERTAD DE PRISIONEROS DE CONCIENCIA
http://www.payolibre.com/presos.htm
"Acuérdate de los presos como si tú también lo estuvieras" Hebreos 13-3
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De: Galo760 |
Enviado: 20/08/2003 15:41 |
DESMEMORIA.
Quien en otro tiempo fue feroz opositor del régimen de Stroessner, el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, pone ahora rumbo a La Habana y acompaña a Fidel Castro para honrar su cruel obra revolucionaria.
El autor de «Yo, el Supremo» no ha dudado en calificar de «ejemplar» al régimen castrista y en alabar su lucha por los «valores humanos».
Se buscan intelectuales sin memoria para dar lustre a dictadura agonizante. Razón: La Habana.
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De: mfelix28 |
Enviado: 22/08/2003 05:55 |
Tropelaje. Te comunico que vas retrasado en difundir noticias anticastristas, lo de Roa ya pasó, ahora están con lo del censo de PC en Cuba. Adelantate alguna vez, porque siempre llevas luego la peor parte, dado que cuando te respondo a tí ya me he "trabajado" la respuesta antes en otro foro, por lo que a tí no te llega fresca, donde puedo meter la pata. Saludos |
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De: Galo760 |
Enviado: 23/08/2003 11:59 |
Castro, El Supremo de Roa Bastos .
Por: Wenceslao Cruz Fecha: 8/19/2003 Si un dictador, Strossner, le indujo a vivir fuera de su país; otro, más tiránico aún, lo esta condenando al desprecio de los que han leído e interpretado sus libros. El se considera como un eterno exiliado; pero, voluntariamente está eligiendo un nuevo exilio, se está yendo a donde van los intelectuales co-responsables de las desgracias del pueblo cubano. Le hace compañía a Benedetti, a García Márquez, y otros que Castro seduce y convierte en autores incongruentes con sus escritos. El dictador cubano los lleva al exilio más evitado por un escritor con principios: a la invalidez moral de su obra.
Si su primera obra fue teatral y se llamó “La Carcajada”, su última actitud, también teatral, de apoyo a Castro y contra la disidencia, es una burla a los principios éticos que deberían regir la conducta de un escritor merecedor del Cervantes. En su libro titulado: “Yo El Supremo”, en clara referencia a como se hacía llamar Gaspar Rodríguez de Francia, uno de los déspotas más sanguinarios del Paraguay, el octogenario autor olvida el alarmante parecido con el tirano de Cuba.
En junio del 2001, Hugo Chávez, el “aprendiz” de Castro, publicó un aviso en todos los periódicos locales paraguayos, en español y guaraní, con alabanzas al “doctor Francia”. Desconocía, o quizás conocía muy bien que “El Supremo”, fue un hombre cruel, que aisló a su país del resto del mundo. Asesinó no solo a opositores; también, a miembros de su propia familia: al esposo de su hermana y al sacerdote que los casó. Se enfrentó de forma constante con la Iglesia católica y otras actitudes que van siendo muy parecidas a las que está tomando actualmente Chávez. Actitudes todas superadas y con sobresaliente por Fidel Castro. Ya le recomendaron al “bolivarista” venezolano, en el Universal del 29 de junio del 2001, que se leyera el libro de Roa Bastos para que estuviera consciente de su metedura de pata.
Pero que podemos esperar si el propio autor del libro caracteriza a Castro como: «Para Fidel, a mí me faltan las palabras, porque ha excedido los límites de un dirigente político revolucionario» y añade: «La presencia de Fidel (y déjenme llamarle Fidel como a un hermano) tiene una importancia muy grande, porque es una figura casi mítica que ha sabido llevar todos los pasos de una Revolución muy difícil que, como digo, está a las puertas del imperio con un coraje y un espíritu de la civilidad y del respeto a los valores realmente populares que son un ejemplo para América y para todo el mundo.».
Esas palabras del premio Cervantes son esclarecedoras. Advierten del “alzheimer político” que sufren los viejitos amigos de Castro, más cuando respondiendo a la periodista Judith Gociol (el 17 de octubre de 1997, que le preguntó sobre su novela “El Fiscal” y de Strossner), llega a su máxima incongruencia respondiendo:
«La literatura latinoamericana está infectada de esos dictadores clásicos y es una fauna que para mí tiene que desaparecer. Yo creo que ahora hay otro tipo de dictaduras a las que hay que poner nombre y describir. Estamos empeñados en creer que vivimos en un mundo democrático que, sin embargo, contradice a esa democracia a cada paso».
El Sr. Roa parece reconocer que Castro desaparecerá, pues es de la misma “fauna” que Strossner aunque sea de la “especie” Izquierda y le supere bastantes años en el poder. Llega a más, y echa en cara a los que se sienten libres como que están equivocados y «empeñados» en estar seguros de disfrutar una democracia.
El premiado autor, indudablemente, se sentirá mejor cuando baje del avión particular de Castro. A pie de la escalerilla los pioneritos, los obreros e intelectuales cubanos le aseguraran, con el miedo dentro, que serán como el Che, que esta es la tierra con que soñó Martí, que en Cuba existe la verdadera democracia.
Si, la democracia que hace que se “empeñen” los cubanos en huir arriesgando su propia vida, vida sin sentido que Roa Bastos agradece a Fidel. Su adorado y último Supremo.
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De: mfelix28 |
Enviado: 23/08/2003 12:00 |
Tropelaje: Escoge tus textos con más cuidado que te repites, mira este, es copia del que pusiste el día 20, claro que en aquel no decías quien era su autor. Respuesta
| | Si un dictador, Strossner, le indujo a vivir fuera de su país; otro, más tiránico aún, lo esta condenando al desprecio de los que han leído e interpretado sus libros. El se considera como un eterno exiliado; pero, voluntariamente está eligiendo un nuevo exilio, se está yendo a donde van los intelectuales co-responsables de las desgracias del pueblo cubano.
Le hace compañía a Benedetti, a García Márquez, y otros que Castro seduce y convierte en autores incongruentes con sus escritos. El dictador cubano los lleva al exilio más evitado por un escritor con principios: a la invalidez moral de su obra.
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De: Micaela |
Enviado: 24/08/2003 11:59 |
LO QUE SUCEDE ES QUE TROPELAJE SE ALIMENTA DE LA COMIDA CHATARRA QUE PROPONE LA SOCIEDAD CONSUMISTA Y CAPITALISTA EN LA QUE DESEA Y ADORA VIVIR. ESA CHATARRA FUE INVENTADA POR LOS YANQUIS (ASÍ ESTÁN DE GRUESOS Y GORDOS) . Y CUANDO UNO CONSUME TANTO DE ESA PORQUERÍA SE TE VA ATROFIANDO EL CEREBRO. SALVO QUE TROPELAJE DIGA Y ACLARE QUE ELLA VA A COMER A LOS MEJORES RESTAURANTS DE LA ZONA PORQUE TIENE EL DINERO SUFICIDENTE COMO PARA LIMPIARSE EL CULO Y LUEGO HABLAR GANZADAS EN CONTRA DE CUBA. MICAELA
>From: "mfelix28" >Reply-To: "LA CUBA DEL GRAN PAPIYO" >To: "LA CUBA DEL GRAN PAPIYO" >Subject: Re: Carta Abierta a Augusto Roa Bastos >Date: Fri, 22 Aug 2003 12:59:24 -0700 >
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De: Micaela |
Enviado: 24/08/2003 12:00 |
"Acuérdate de los presos como si tú también lo estuvieras" Hebreos 13-3 TROPELAJE NO TE OLVIDES QUE NOSOTROS TAMBIÉN SOMOS PRESOS DE LOS EE.UU CON LAS DEUDAS EXTERNAS QUE TENEMOS, POR NO APOYARLOS EN LAS GUERRAS, POR NO OBEDECER SUS IDEALES. COMO DECÍA ENRIQUE DUSSEL, SOMOS LOS SOMETIDOS POR UNA TOTALIDAD QUE SÓLO CREE EN SU PODER ABSOLUTO Y ANTE EL CUAL "EL OTRO" NO EXISTE COMO OTRO SINO COMO ALGO DISTINTO QUE HAY QUE ELIMINAR. NO TE DEJES ENGAÑAR. PEOR, NO TE AUTOENGAÑES. MICAELA
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De: Galo760 |
Enviado: 25/08/2003 07:59 |
CRITICAN VIAJE DE ROA BASTOS A CUBA
El escritor paraguayo fue llevado a la isla por el mismo dictador Castro, acto condenado por la esposa de un preso político cubano.
Asunción.EFE .Paraguay.La Opinión.Los Angeles E.U. La Nueva Cuba.Agosto 24, 2003
La esposa de un preso político cubano condenado pidió al escritor paraguayo Augusto Roa Bastos “observar mejor” la realidad de la isla, donde el novelista se encuentra como huésped especial de Fidel Castro.
El líder cubano visitó a Roa Bastos, premio Cervantes 1989 y máximo exponente de la literatura paraguaya, durante su estancia en Asunción para la investidura presidencial de Nicanor Duarte, el pasado día 15, y le llevó a La Habana en su propio avión.
“Sólo soy la esposa de un intelectual cubano condenado a 18 años de prisión por ejercer su derecho a la libertad de pensamiento y de palabra”, afirma Yolanda Huerga en una carta abierta publicada el miércoles en el diario asunceno ABC Color.
Huerga se identifica como la esposa de Manuel Vázquez Portal, “un poeta y periodista detenido y sentenciado en la ola represiva de marzo de 2003 junto a otros 74 opositores pacíficos y periodistas independientes”, según la misiva.
“Supe con estupefacción que Augusto Roa Bastos, el escritor que admiré y respeté desde que leí, ya hace algunos años, su Yo, el supremo, se había sumado a los firmantes del manifiesto que aquí se llamó De solidaridad con Cuba, pero no es para nada solidario con el pueblo cubano sino con su régimen”.
Roa Bastos, de 86 años y que vivió décadas de exilio durante el régimen anticomunista de Alfredo Stroessner (1954-89), fue llevado por Castro para ser presentado a la sociedad cultural de la isla y ofrecerle una asistencia médica especializada.
“Supongo que los empleados del régimen le mostrarán una Cuba de vitrina: será llevado a hoteles de lujo para turistas extranjeros (...) lo tratarán en hospitales especiales para aquellos que pagan en dólares o que son invitados del presupuesto del estado”, señala la carta.
“Nosotros vivimos aquí una pesadilla cotidiana de levantarse y pensar, no en la libertad ni en el futuro, sino en cómo sobrevivir”, subraya Huerga, al hacer notar a Roa que todas esas atenciones de las que será objeto “están fuera del alcance del cubano de a pie”.
Huerga expresó su extrañeza por el apoyo de Roa Bastos a Castro, si se tiene en cuenta que en su obra cumbre se ocupa de las primeras tiranías en Latinoamérica, e indicó que, con ello, “no reconoce los rasgos característicos propios de una dictadura que mutila todas las libertades y desangra al pueblo”.
“Las esposas de los presos cubanos clamamos ayuda de la comunidad internacional (...). Recibimos el apoyo de destacados escritores que usted seguramente conoce: Mario Vargas Llosa, Eduardo Galeano, Jorge Edwards, José Saramago, Carlos Fuentes y muchos más”, expresa la misiva.
En los últimos años, Roa Bastos asumió posiciones contrapuestas con respecto al régimen cubano, después de criticar con dureza al gobierno de Castro y por el bloqueo de Estados Unidos a la isla, sobre todo a principios de la década de 1990.
En 1992 declaró a un diario asunceno: “Una revolución tan radicalizada como ésta es muy celosa de su modelo”.
“Cree [la revolución] que ese modelo es el que sirve y debe perdurar, por lo que no hay que esperar una rendición del régimen cubano, menos todavía en estado de amenaza”, añadió.
“Lamentablemente, la revolución cubana se conectó con el mundo del comunismo, que ya estaba en agonía sin que se notara, hasta que vino el desplome y Cuba se encontró de la noche a la mañana en la miseria”, agregó.
Al año siguiente, pidió ayuda humanitaria para el pueblo cubano, azotado por “la masacre del hambre y de la desmoralización”.
“No quiero pensar que el pueblo cubano quede abandonado de nuestra conciencia de hermandad y solidaridad”, reiteró Roa Bastos en declaraciones durante una conferencia en Alcalá de Henares.
Esta es la primera vez que Roa Bastos va a Cuba.
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De: mfelix28 |
Enviado: 25/08/2003 15:59 |
Tropelaje, no te pongas nervioso, pero me parece que este último escrito es casi copia literal del primero con que nos honraste en este foro, el 20.08, es la misma persona, la misma carta abierta, ahora cambia solo en que dices que lo publica un diario de Asunción. Tranquilo, Tropelaje, sigue intentandolo. Saludos |
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De: mfelix28 |
Enviado: 25/08/2003 15:59 |
C U L T U R A | La Habana. 25 de agosto de 2003 | MIRA ESTE, SIN REPETIR. | Roa Bastos, el Supremo cronista de la República del Paraguay • El Presidente Fidel Castro asiste a la presentación en la Casa de las Américas de tres libros del insigne escritor
POR MIREYA CASTAÑEDA -de Granma Internacional- Fotos de Ahmed Velázquez | NADIE como el propio Augusto Roa Bastos podría hacer la introducción de sus libros al guiar al futuro lector por las páginas, impecables, que encontrará en su poesía, cuentos y novelas. Nos dice: “Te invito a traspasar una puerta./ Una puerta que se abre a ese mundo primero, donde yo viví, un mundo/ compuesto de leyendas sin fuente,/ aventuras de la mente y la realidad,/ vivencias de una cultura indescifrable./ Te invito a leer un texto único,/ hecho de imágenes y signos,/ en donde acecha la mirada/ de nuestros ancestros”. Justo frente al inmenso árbol de la amistad que preside la Sala Che Guevara de la Casa de las Américas, fueron presentados en La Habana tres libros imprescindibles de Roa Bastos, una de las voces más altas de este continente. El presidente Fidel Castro encabezó la extensa relación de personalidades que se dieron cita para homenajear al insigne escritor (Paraguay, 1917). Cuando se escuchan breves, pero intensas palabras de uno de los grandes de la literatura latinoamericana y universal como es Augusto Roa Bastos, la secuencia cronológica deja de ser relevante. Es por eso que en primer término recogemos su invocación de esa noche (22 de agosto del 2003). “La emoción a veces impide que la palabra del hombre sensible se expanda y exprese las sensaciones”, afirmó el escritor que con Miguel Angel Asturias, José María Arguedas y Alejo Carpentier, hace estallar en la lengua narrativa latinoamericana las lenguas maya-quiché, quechua, africanas, y guaraní. Consideró que “el Paraguay ha hecho de sus infortunios el caudal de lo que puede hacer un pueblo sufrido, con dos guerras internacionales, persecuciones internas”, y a hecho de él, por la fuerza de esos hechos, su cronista. “Entrego este legado a esta reunión de amigos, hermanos cubanos, para entregar mi devoción de latinoamericano, de paraguayo, para desear que el pueblo cubano siga siendo nuestro ejemplo y estímulo”. El elogio del poeta, cuentista y novelista estuvo a cargo de Pablo Armando Fernández, Premio Nacional de Literatura, quien afirmó que leer a Roa Bastos es reconocerse. El bardo cubano se detuvo, naturalmente, en Conversación con el hijo (“sé un hombre entre los hombres/ de pie con tu verdad,/ y entonces, hijo mío, sólo entonces,/ yo sabré/ que la muerte no existe,/ y que morir/ es renacer eternamente/ en el amor...”) poema que “es la conversación con todos nosotros”. Es que Roa Bastos, uno de los precursores del llamado boom de la narrativa latinoamericana, nace a la literatura de la mano de la poesía (su primer libro, de 1942 es el poemario El ruiseñor entre la aurora, seguido por El naranjal ardiente, publicado en 1960, y por Poesía reunida, de 1995). Las fechas indican que, aun cuando el escritor anunciara el abandono de la poesía, nunca lo hizo. Así ve Roa Bastos la poesía: “Desde luego es un adorno, el resplandor del espíritu engarzado en las letras; pero es también una herramienta para trabajar por el destino del hombre, por el mejoramiento de la sociedad, por la abolición de los males falsamente necesarios que obstruyen el camino de la libertad, aún de los males que brotan de una sociedad defectuosamente organizada y corrompida por la idea del privilegio”. Ahora los lectores cubanos tienen el privilegio del libro Poesía reunida, de la editorial paraguaya El Lector, con el anuncio, hecho por el presidente Fidel Castro, que este poemario, más el libro Cuentos completos, de la misma editorial, será publicado en Cuba con una tirada superior. Precisamente Cuentos completos fue el segundo título presentado y por su propio compilador, Miguel Angel Fernández, profesor de la Universidad de Asunción, estudioso y amigo personal de Augusto Roa Bastos. “Cuando el compromiso es hablar de un amigo y un gran escritor hay que relajarse”, por eso “debo contar la anécdota de un secuestro para bien”, y se refirió a la reciente visita del presidente Fidel Castro a la casa de Roa Bastos en Asunción y a que el escritor y algunos amigos se encuentran en La Habana “gracias a esa visita”. En informal conversación luego de la presentación de los libros, el líder cubano precisó que, en Paraguay, quiso agradecer personalmente unas declaraciones del escritor, a quien le habían preguntado si viajaría a algún país y respondió que el único sería Cuba. El estudioso paraguayo consideró que fue Roa Bastos quien “nos dio a los paraguayos la posibilidad que se supiera de Paraguay y su cultura” e hizo un esbozo de sus crónicas periodísticas, su poesía y su cuentística, que comienza en 1953 con El Trueno entre las hojas, cuyos grandes temas ya son -señala el prologuista Jorge Aiguadé- “la denuncia social de la situación de hambre, miseria y explotación del campesinado y de los obreros, la denuncia política de la opresión, las tiranías”. Luego seguirían otros cuatro volúmenes. “No se puede soslayar la importancia de la cuentística de este escritor y la originalidad del aporte de sus cuentos a la literatura de lengua española. Ellos funcionan como laboratorios en los que se experimenta, en forma condensada y potenciada, lo que después estallará y se desplegará en sus grandes textos novelísticos”, Hijo de hombre (1960) y Yo, el Supremo (1974), obra maestra de Roa Bastos y una de las cumbres de la literatura latinoamericana contemporánea. Al presentar la segunda edición cubana de Hijo de hombre, el escritor Francisco López Sacha recordó que Roa Bastos “pertenece a la estirpe de los fundadores de la nueva narrativa latinoamericana” y destacó “el fulgor de su prosa”. Se refirió a Hijo de hombre como “la enorme saga” de la historia dolorosa de la nación paraguaya que termina con una sentencia “también dolorosa, pero afirmativa”: “No pienso en ellos solamente. Pienso en los otros seres como ellos, degradados hasta el último límite de su condición, como si el hombre sufriente y vejado fuera siempre y en todas partes el único fatalmente inmortal. “Alguna salida debe haber en este monstruoso contrasentido del hombre crucificado por el hombre. Porque de lo contrario sería el caso de pensar que la raza humana está maldita para siempre, que esto es el infierno y que no podemos esperar salvación. “Debe haber una salida, porque de lo contrario...” La Habana ha tenido ahora el privilegio, el gran honor, de la presencia de Augusto Roa Bastos, un escritor que “engrandece nuestra lengua y nuestro espíritu.” | |
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De: Galo760 |
Enviado: 28/08/2003 22:43 |
POLITICA Yo, el Suprimo
LA HABANA, Cuba, agosto - Qué lúcido eres, Augusto. Ver en Cuba la tierra firme de nuestra América cuando todos en el mundo la señalan como una balsa madre es una clara señal de que aún conservas 20-20 en tus cansados ojos.
Qué inmensa fe al declarar la existencia de "la religión de una revolución" en la que todos practican el ateísmo.
Nadie como tú para valorar la idiosincrasia de un Hijo de Hombre, cuando por ésa y otras razones tuviste que exiliarte alrededor de seis décadas, mientras que los cubanos que se consideraban, por su procedencia y pensamientos, tus iguales, sólo llevan cuarenta y cuatro años fuera de su tierra. Y se quejan.
Muchos malagradecidos y miopes que viven dentro de la Isla dicen hacerlo contra su voluntad, por sentirse prisioneros, y no precisamente del alba.
Ni hablar de tu demoledora pintura del prototipo de dictador latinoamericano en tu obra Yo, el Supremo, tomando como modelo a José Gaspar Rodríguez de Francia, quien se ha quedado corto con los juanes, pedros y compañía nacidos y añejados en Haití, República Dominicana, Chile, Cuba, Uruguay, entre otros países del continente.
Pero aquí lo importante no es hablar del pasado, sino de un presente glorioso donde los descendientes de tus ancestros guaraníes -bajo el modelo de sistema cubano- podrán posar junto al lago de Ypacarai, si no se hace necesario, para el bien de ellos mismos, habilitarlo sólo para extranjeros.
Pero llegado el caso, nadie se quedará sin su pedacito de suelo ni de cielo patrio. Se abrirán campismos populares en las riberas del Paraná y el Paraguay, además de ofertarse excursiones en moneda nacional a las cordilleras de Amambay y Caaguazú, con merienda fuerte incluida en las sierras de Las Quince Puntas, y hamacas y pimpampunes en Villa Rica, donde se les dará el mate a los excursionistas.
Y cientos de cuñátaí podrán elevar su suave canto en busca de un español, un alemán o un irlandés que las lleve a Europa y las dejen allá, aunque sea en un puticlub regenteado por una cubana fogueada en los trajines de la revolución, y dirigida tras bambalinas por los irredentos exportahímenes del socialismo tropical.
No será necesaria la hipocresía ni la doble moral, porque al tener dos lenguas en tu nación -mejor dicho, dos idiomas: el castellano y el guaraní- podrán emplearse, respectivamente, para las relaciones públicas -es decir, centros de trabajo, escuelas, encuentros sociales, obras de arte- y para el consumo interno del hogar, donde se dirá lo contrario de lo expresado para el consumo de otros.
Nadie podrá criticarte por este borrón y cuenta nueva que has impreso a tus pasos, y mucho menos cuestionar una postura que se aviene con tus principios juveniles de solidarizarte con los de abajo, pues ya en la senectud representas a todos los que no pueden disfrutar con los de arriba.
Venir a Cuba con los ojos vendados no es tu culpa, pues oír o leer tantas mentiras sobre miles de personas que huyen de la libertad resulta imposible de creer, además de desconocido, ya que por desgracia tu país no tiene costas y la guerra del Chaco fue un gran fiasco que los condenó a refrescarse en los caudalosos ríos de tu país.
Nada te hará creer que existen alrededor de 300 prisioneros políticos en esta Isla, los últimos 75 sorprendidos en una conspiración con una potencia extranjera y pertrechados con armas de exterminio masivo como revistas, computadoras, cámaras fotográficas, equipos de fax, poemas y otros engendros de la civilización para subvertir el orden patriarcal cubano.
Para ti se acabaron el Tirano Banderas, el Señor Presidente, descritos por Ramón del Valle Inclán y Miguel Angel Asturias, ya que Arturo Uzlar Pietro, con sus Lanzas Coloradas, y basándose en el Recurso del Método de Carpentier, vaticinó el Otoño del Patriarca a través de un Gabriel García Márquez que, como tú, intentan escribir a cuatro manos un Yo, el Suprimo, toda alusión a dictaduras en épocas de democracia y totalitarismos dulces y complacientes.
Bienvenido a casa, Roa Bastos. Si la revolución cubana perdió dos hijos -a Saramago en el año de la muerte de Ricardo Reis y a Eduardo Galeano el aciago día de marzo en que las autoridades cubanas pusieron al mundo patas arriba- necesitábamos llenar la plantilla de afiliados, pues aunque no lo creas, a veces escasean los visionarios como tú.
Nada, que la pases feliz en nuestra Isla, y conozcas lugares recreativos, sitios consagrados a la magnífica atención de la salud, la cultura, el deporte y tantas obras más construidas para el disfrute del pueblo y luego, antes de irte, nos cuentes cómo son, en qué lugar están, pues no tenemos tiempo para averiguarlo.
Pero recuerda, Augusto, detrás de cada medalla que te pongan en el pecho habrá un indio, un prisionero cubano, cualquier hijo de hombre agazapado en espera de que tu voz amiga los defienda, porque a veces -dicen las malas lenguas- enmudeces o hablas un dialecto extraño muy lejos del guaraní o del castellano en que te expresas ¿o expresabas? frente a los violadores de cualquier tipo de libertad. cnet/09
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